25 de febrero de 2013

Oscar 2013: "Argo fuck yourself"

Si nos lo hubiesen dicho hace un par de meses, habría sido más difícil de creer. Pero a estas alturas, a nadie le sorprende que Argo se llevara el máximo reconocimiento en la 85º gala de los Premios Oscar. El desarrollo de la carrera hacia los premios hizo que, progresivamente, todas las apuestas pasaran al lado del film dirigido por Ben Affleck, dejando al Lincoln de Steven Spielberg abandonado a su suerte. Michelle Obama fue la encargada de decir el nombre de la película ganadora, tras lo cual los tres productores del largometraje, George Clooney, Grant Heslov y el propio Affleck subieron a recoger el premio. El discurso de Affleck hizo notar una vez más que su nombre ha sido una de las grandes ausencias entre los nominados como Mejor director.



En esta categoría, la de Mejor dirección, el elegido fue Ang Lee, probablemente la mayor sorpresa de la noche. El director, que previamente ya había ganado el Oscar con Brokeback Mountain, agradeció el premio al “dios del cine”, siguiendo la línea espiritual de su película, La vida de Pi. El único consuelo de Lincoln fue Daniel Day-Lewis, ganador del Oscar al Mejor actor principal, un premio que confirma el gusto de los académicos por los protagonistas de biopics. Por su parte, Jennifer Lawrence arrebataba el de Mejor actriz protagonista a las otras dos favoritas, Jessica Chastain y Emmanuelle Riva. Gracias a su trabajo en El lado bueno de las cosas, la joven actriz puede alardear de que a sus 22 años ya tiene la estatuilla más codiciada del mundo cinematográfico, además de otra nominación por Winter’s bone.



En los apartados de Mejores intérpretes de reparto, Anne Hathaway siguió su imparable racha y recogió el premio que llevaba su nombre desde el día del estreno de Los Miserables, cuando conquistó al público y a la crítica con su papel de Fantine. El de Mejor actor de reparto, el primero de la noche, fue a parar a manos de Christoph Waltz, a pesar de que el austriaco todavía tiene reciente su éxito en 2010, cuando ganó el mismo premio por otra película de Quentin Tarantino, Malditos Bastardos. Por supuesto, en su discurso de agradecimiento, Waltz dedicó unas palabras al director.

Precisamente Tarantino fue quien recibió el Oscar al Mejor guión original, por Django desencadenado, repitiendo la jugada de los pasados Globos de Oro. Es el segundo del cineasta, tras ganarlo en esta misma categoría por el libreto de Pulp Fiction. El galardón de Mejor guión adaptado fue para Argo, al igual que el de Mejor montaje. La película de Michael Haneke, Amor, que en un principio había conseguido colarse en las nominaciones principales, tuvo que conformarse con ser la Mejor película de habla no inglesa. Brave, la última joya de Pixar, venció al Frankenweenie de Tim Burton, convirtiéndose así en Mejor película de animación del año.

Los premios de las categorías técnicas se repartieron entre las películas vencedoras de la ceremonia. Los de Mejor fotografía, Mejores efectos visuales y Mejor banda sonora hicieron que La vida de Pi pasara a ser el film más premiado en esta edición. La noche más oscura, la película de Kathryn Bigelow salpicada por la polémica, sólo se llevó el Oscar a la Mejor edición de sonido, que además tuvo que compartir con Skyfall. Paco Delgado, el único español nominado y responsable del vestuario de Los miserables, se fue con las manos vacías, ya que las quinielas acertaron y el premio finalmente fue para Anna Karenina.


LISTA COMPLETA DE GANADORES DE LOS OSCAR 2013
Mejor película
Argo

Mejor director
Ang Lee, La vida de Pi

Mejor actriz protagonista
Jennifer Lawrence, El lado bueno de las cosas

Mejor actor protagonista
Daniel Day-Lewis, Lincoln

Mejor actriz de reparto
Anne Hathaway, Los miserables

Mejor actor de reparto
Christoph Waltz, Django desencadenado

Mejor guión adaptado
Argo

Mejor guión original
Django desencadenado 

Mejor canción original
 “Skyfall”, Skyfall

Mejor banda Sonora
La vida de Pi

Mejor película de animación
Brave

Mejor película de habla no inglesa
Amor (Austria)

Mejor fotografía
La vida de Pi

Mejor diseño de vestuario
Anna Karenina

Mejor maquillaje y peluquería
Los miserables

Mejor montaje
Argo

Mejores efectos visuales
La vida de Pi

Mejor diseño de producción
Lincoln

Mejor edición de sonido
Skyfall
La noche más oscura (Zero Dark Thirty)

Mejor mezcla de sonido
Los miserables

Mejor documental
Searching for Sugar man

Mejor cortometraje
Curfew

Mejor corto documental
Inocente

Mejor corto de animación
Paperman

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es

18 de febrero de 2013

La gala de los Premios Goya 2013: "“Que nuestra máquina de sueños siga viva”

El ambiente estaba caldeado, el debate reabierto: ¿debe una ocasión como los Premios Goya convertirse en un acto reivindicativo? Había opiniones para todos los gustos: desde la Unión de actores, se animaba a los presentadores y ganadores a que aprovechasen su protagonismo para dar voz a las protestas, mientras que desde el ámbito político se pedía, a través de Soraya Sáenz de Santamaría, que en la ceremonia se hablase exclusivamente de cine. Otros adoptaban la posición de Fernando Trueba, quien defendía minutos antes de la gala la libertad de expresión y rechazaba las directrices provenientes tanto de un lado como de otro. Y a las puertas del Centro de Congresos Príncipe Felipe, un grupo de figurantes se manifestaba pidiendo una mayor visibilidad en su trabajo y unas mejores condiciones laborales.   

Finalmente, ocurrió lo previsto: entre el glamour, las sonrisas y los vestidos, la realidad se coló en la gala, y sentó como un jarro de agua fría. Los chistes de sobres y la crítica a la política social y cultural del Gobierno se convirtieron en los grandes protagonistas de una larga gala, que se excedió del horario previsto. Eva Hache, que repetía como presentadora, salió al ruedo con la confianza que da el encontrarse en terreno conocido y, como prometió, dejó lo políticamente correcto a un lado. La humorista inició la ceremonia con un afilado monólogo plagado de estocadas contra el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, que intentaba mantener el tipo como podía ante los comentarios sobre los recortes, la subida del IVA y la amnistía fiscal, para poco después desaparecer de la vista de los espectadores por obra y gracia de la realización de Televisión Española.  

Pero fue a la hora de entregar los premios cuando las reivindicaciones brillaron en todo su esplendor. José Corbacho, presentador del premio de Mejor actriz revelación, robó momentáneamente el protagonismo a las nominadas gracias a sus ácidos comentarios, y Candela Peña, nombrada Mejor actriz de reparto, ofreció un discurso crudo y sin filtros, sin duda, el más impactante de la noche. Más moderadas, aunque también con una marcada intención social, fueron las palabras de Maribel Verdú, quien se acordó de los afectados por los desahucios tras recoger el Goya a la Mejor actriz protagonista. Por su parte, Javier Bardem continuó esparciendo el mensaje de su documental Hijos de las nubes, la última colonia, y defendió la libertad del pueblo saharaui al subir al escenario. Desde el patio de butacas, muchos artistas exhibían pegatinas en contra de los recortes.

Uno de los aciertos de la gala fue el momento cómico de los chicos de Muchachada Nui, que hicieron una parodia de todas estas reivindicaciones. Así, entre las risas del público, pidieron premios al “Mejor desnudo gratuito” o un mejor trato para “los actores con la cara pixelada”. En una gala definida por la política, el oxígeno de la comedia se hacía más necesario que nunca. Eva Hache repitió la jugada de la gala anterior y volvió a meterse dentro de las cuatro películas finalistas. En sus intervenciones, se agradecieron los momentos en los que el cine era el blanco de las bromas (no faltó el recurrente chiste a costa de la película Manolete), ya que en ocasiones su excesivo empeño en hacer comentarios punzantes con contenido político quitaba naturalidad a sus monólogos y les daba un aire algo forzado.       

Concha Velasco, tras recibir el Goya Honorífico de manos de su sobrina Manuela Velasco, nos demostró una vez más por qué es la gran dama del cine español. La actriz relató su decepción en los Premios Goya de 1997, cuando estuvo nominada y se fue con las manos vacías. Cargada de elegancia, humor y sobre todo, mucha ilusión, Velasco brilló con luz propia al recoger el premio, que muchas veces actúa como una especie de compensación para aquellos actores o cineastas que la Academia no supo reconocer en su momento.

Aunque la política acabó siendo una de las protagonistas esperadas de la noche, la gala también fue una carta de amor al arte y al cine español. Reivindicativos o no, todos los presentes tenían algo en común: su aferramiento al cine, todo un salvavidas en tiempos de crisis. “Este es un hermoso oficio, a pesar de todo”, recordaba José Sacristán al recoger su premio, mientras que Juan Antonio Bayona hacía hincapié en la necesidad de hacer tanto películas grandes como medianas y pequeñas. Y frente a la politización a la que es sometido el cine español, merece la pena quedarse con el discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho, que actuó como la voz de la concordia, dejando claro que “el cine no pertenece a ningún partido político”, sino que “nos pertenece a todos”. A pesar de los recortes, la subida del IVA, las protestas y la crisis, hubo un mensaje que quedó claro: la cultura es necesaria, el cine es necesario. Alain Bainée, responsable de la dirección artística de Blancanieves, supo transmitir el sentimiento que une a todo el sector del cine con una simple frase: “Que nuestra máquina de sueños siga viva”.  

Lista de ganadores
Mejor película
Blancanieves

Mejor dirección
Juan Antonio Bayona, Lo imposible

Mejor dirección novel
Enrique Gato, Las aventuras de Tadeo Jones

Mejor actor protagonista
José Sacristán, El muerto y ser feliz 

Mejor actriz protagonista
Maribel Verdú, Blancanieves

Mejor actor de reparto
Julián Villagrán, Grupo 7 

Mejor actriz de reparto
Candela Peña, Una pistola en cada mano

Mejor actor revelación
Joaquín Núñez, Grupo 7

Mejor actriz revelación
Macarena García, Blancanieves

Mejor guión original
Pablo Berger, Blancanieves

Mejor guión adaptado
Javier Barreira, Gorka Magallón, Ignacio del Moral, Jordi Gasull y Neil Landau, Las aventuras de Tadeo Jones

Mejor montaje
Lo imposible 

Mejor dirección de fotografía
Blancanieves

Mejor dirección de producción
Lo imposible

Mejor dirección artística
Blancanieves 

Mejor diseño de vestuario
Blancanieves

Mejor maquillaje y/o peluquería
Blancanieves

Mejor sonido
Lo imposible 

Mejor música original
Blancanieves

Mejor canción original
“No te puedo encontrar” (Blancanieves)

Mejores efectos especiales
Lo imposible

Mejor película iberoamericana
Juan de los muertos, Alejandro Brugués (Cuba)

Mejor película europea
Intocable, Eric Toledano y Olivier Nakache (Francia)

Mejor película de animación
Las aventuras de Tadeo Jones

Mejor película documental
Hijos de las nubes, la última colonia

Mejor cortometraje de ficción
Aquel no era yo

Mejor cortometraje de animación
El vendedor de humo

Mejor cortometraje documental
A story for the Modlins


Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es

14 de febrero de 2013

La comedia, el género olvidado

Nos acercamos a la fecha marcada en el calendario de cualquier cinéfilo: el 24 de febrero, día en el que se celebrará la 85º edición de los Premios Oscar. Y como cada año, surge una pregunta: ¿dónde están las comedias? En las entregas de premios no suele haber sitio para este tipo de películas, y eso que se dice que es más difícil hacer reír que hacer llorar. ¿Realmente el nivel de las comedias de hoy en día no llega al de los dramas o es una cuestión de prejuicios?

Es curioso que se vea a la comedia como un “género menor”, cuando el cine de Hollywood está asentado sobre nombres imprescindibles en este campo. Sólo hay que recordar a los grandes maestros del humor del cine mudo, entre los que destacaron Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd. Más tarde, la historia de la comedia se seguiría escribiendo con letra de oro, gracias a nombres como Ernst Lubitsch, los Hermanos Marx, George Cukor o Billy Wilder. Todos ellos demuestran que, a pesar de las apariencias, este no es un género que deba tomarse a la ligera. Chaplin conocía a la perfección los mecanismos para hacer reír al público, y defendía que la comedia debe ser próxima a la realidad, estar pegada a ella. Quizá esta cercanía a la vida es lo que hace que la infravaloremos; solemos pedir “algo más” a una película para hacerla digna de un premio cinematográfico. 

Este año, entre las nueve nominadas al Oscar de Mejor película sólo encontramos una comedia: El lado bueno de las cosas. A pesar de esto, el film ha conseguido colarse en todas las categorías principales: David O. Russell podría conseguir el galardón al Mejor director y al Mejor guión adaptado, mientras que sus protagonistas se encuentran presentes en todos los apartados interpretativos. Y aunque aparecer en las nominaciones ya es un gran paso, la cosa se complica aún más si hablamos de llevarse la estatuilla dorada: en los últimos 20 años sólo ha habido dos comedias que lo han conseguido: Shakespeare in love, en 1998, y la francesa The artist, en la pasada edición.

Para evitar esta marginación del género, el productor, director y guionista Judd Apatow propuso hace unos años que se creara una categoría especial en los Oscar para las comedias. Es decir, que sucediese algo semejante a lo que ocurre con los Globos de Oro, donde hay un premio de Mejor película dramática y otro de Mejor película de comedia o musical. Aunque a priori esto diera más visibilidad al género, también tenemos que recordar que, de todas formas, tras las entregas de los Globos de Oro es la ganadora a Mejor película dramática la que suele llevarse la mayor parte de los titulares.

La industria del cine estadounidense y sus correspondientes premios no es un caso aislado, sino que esta situación se repite constantemente. España no se escapa del patrón, a pesar de la gran tradición cómica de nuestro país. Tenemos que remontarnos al año 1998 para encontrar una comedia que se haya llevado el Goya a la Mejor Película (La niña de tus ojos, de Fernando Trueba).
Para finalizar, hacemos un repaso por algunas de las comedias que en su día consiguieron alzarse con el Oscar a Mejor película. ¿Conseguirá El lado bueno de las cosas sumarse a ellas?

El apartamento (Billy Wilder, 1960)
Una emocionada Audrey Hepburn entregaba el Oscar de Mejor película a su amigo Billy Wilder, quien subía por tercera vez al escenario esa noche, tras recibir anteriormente los premios a la Mejor dirección y al Mejor guión original. Aunque fue etiquetada como “comedia”, su protagonista, Jack Lemmon, confesaba que ni él ni el director entendían el porqué. Y es que aunque El apartamento tenga grandes momentos cómicos, como ver a Lemmon escurriendo la pasta con una raqueta de tenis, el film es un relato agridulce con una considerable carga dramática.

My fair lady (George Cukor, 1964)
El musical dirigido por Cukor consiguió hacerse con ocho premios Oscar. Curiosamente, lo más destacable de estas victorias es la ausencia de su actriz principal, Audrey Hepburn, que ni siquiera se encontraba nominada por su rol. Los rumores apuntaron que el motivo podría ser que Hepburn tuvo que ser doblada en las canciones por Marni Nixon. Su compañero de reparto, Rex Harrison, sí que se llevó el premio.

Annie Hall (Woody Allen, 1977)
Por el momento, la única película de Woody Allen reconocida con el máximo galardón y una obra clave a la hora de ver la evolución de la comedia en la historia del cine. Un peculiar análisis de las relaciones de pareja protagonizado por el propio Allen, en su conocido papel de neurótico, y Diane Keaton, quien recientemente había saltado a la fama por su trabajo en El padrino. Sus ingeniosos diálogos hacen que sea un film imprescindible, así como las escenas en las que Allen interrumpe la acción y se dirige directamente al espectador. 

Belle époque (Fernando Trueba, 1992)
El Oscar de Mejor película de habla no inglesa a Belle époque fue el segundo que consiguió una cinta de nacionalidad española, diez años después de que Volver a empezar, de José Luis Garci, lo ganase por primera vez. Más tarde les seguirían Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar, y Mar adentro, de Alejandro Amenábar. Al recoger el premio, Fernando Trueba hizo un discurso que quedó para el recuerdo: “Me gustaría creer en Dios para agradecérselo, pero sólo creo en Billy Wilder, así que gracias, señor Wilder”.    

The artist (Michel Hazanavicius, 2011)
En pleno siglo xxi, ocurrió lo que nadie se hubiese podido imaginar: el Oscar a Mejor película iba a parar a manos de una producción francesa, en blanco y negro… ¡y muda! Con ecos de films clásicos como El crepúsculo de los dioses y Cantando bajo la lluvia, la arriesgada apuesta dio como fruto cinco Oscars, incluyendo los de su director, Michel Hazanavicius, y su protagonista, Jean Dujardin. Eso sí, para muchos el alma de la película era el simpático perro Uggie, que aunque no entró en las nominaciones, robaba el protagonismo a Dujardin cada vez que compartían escena.

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es

8 de febrero de 2013

'Mamá': Instinto maternal, instinto animal

En el año 2008, Andy Muschietti apenas necesitó tres minutos para presentarnos a través de su corto el inquietante universo de Mamá. Ahora el director nos trae el largometraje homónimo de la mano de Guillermo del Toro, en calidad de productor ejecutivo. El mexicano apadrina la ópera prima de Muschietti, como en su día hizo con El orfanato, de Juan Antonio Bayona. Un apoyo que, sin duda, da instantáneamente un buen empujón de popularidad, al mismo tiempo que genera una serie de expectativas que, afortunadamente, en este caso quedan cubiertas.

El corto sintetiza todas las claves estéticas que vamos a encontrar en la película, esta vez modelando una historia con toques de fantasía y marcada por las emociones humanas. El film logra mantener la tensión y la inquietud del espectador en todo momento, fundamentalmente gracias a la hábil dirección de Muschietti y a la música de Fernándo Velázquez, compositor nominado a los Goya de este año por su trabajo en Lo imposible. También hay que destacar la acertada dirección de actores, sobre todo en el caso de las niñas protagonistas, Megan Charpentier e Isabelle Nélisse, que pese a su corta edad dan toda una lección de interpretación y se ponen a la altura de su compañera de rodaje adulta, Jessica Chastain. En Mamá, la actriz californiana muestra una imagen radicalmente opuesta a la que nos muestra habitualmente, ya que aparece con el pelo corto, moreno y llena de tatuajes. Su papel en esta película nos vuelve a demostrar que nos encontramos ante una de las mejores y más versátiles actrices del panorama cinematográfico actual.

La originalidad, ese factor que a menudo cuesta encontrar en el cine de terror, la podemos encontrar en las relaciones que se trazan entre la gran protagonista, la monstruosa Mamá, y las niñas. La historia gira alrededor del amor maternal, reflejado a través de dos formas distintas: los instintos casi animales de amor y protección que desarrolla la criatura se enfrentan con los del personaje de Annabel (Jessica Chastain), creando un paralelismo entre lo sobrenatural y lo terrenal que da bastante juego a lo largo de toda la trama.

Sin embargo, la película no evita completamente la tentación de refugiarse en los lugares comunes del género para lograr su propósito de asustar al público. De la misma forma, no duda en forzar el desenlace para conseguir un clímax de eficacia y coherencia dudosa. Estos dos últimos puntos erosionan al film, que si bien es un buen y entretenido ejercicio de cine de género, se queda sin alcanzar todo su potencial y no llega a ser memorable. Aún así, satisfará con creces a todo aquel que busque pasar una tarde simplemente evadiéndose con el cine de terror y no decepcionará a quien busque una película de este estilo que vaya más allá de la típica cadena de sustos fáciles e inconexos. 

Publicado en: www.puntoencuentrocomplutense.es